Ruta de las negras cabo de gata A legend is told that one day there was a big storm in the middle of the sea just when all the men from Las Negras were fishing. According to the story, almost all hands where lost living a village of widows. People who visited Las Negras could only find women dressed in black (negro in Spanish), and that’s why it is named Las Negras.

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It is one of the privilege sites of the Nature Reserve as it is protected from the strong winds of the West. We depart to La Isleta and visit El Cuervo’s and Las Palomas’ caves, where we can see how the palid swifts fly around their nests built inside. On top, there is La Molata’s path, one of the most beautiful of the Reserve. In these cliffs, you can track the disintegration of the rock, a photograph from a geological movie. Then we see the XVIII century San Ramon’s castle, built, like most of the coastal watchtowers, to protect the coast from the pirates that controlled the waters.
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Then we arrive to El Playazo, where the Rodalquilar valley meets the sea. The valley is an ancient volcanic caldera and from its mountain range was extracted the gold that made this place shine and placed it on the map as an important strategic location of the time.
The gold ran out and time  transformed the clean, desert montain range, touching the crystal-clear waters into gold itself; one that didn’t need explosions.
After El Playazo, the landscape changes again and the dark textured rock reappears, sometimes crystalline and sometimes amorphous and in places whitish coloured. And we find ourselves again under the shadow of more than 200 metres of steep cliffs on which we can see deep crevices where the hydrothermal waters ran and geological gargoyles were shaped by the wind. At the end of the trip, we see La Polacra, eroded by the sea into the form of an anvil.

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Otra versión

Julián, colaborador del Eco del Parque, nos puntuliza esta historia “según me han contando gente muy mayor de la zona, eso pasó en La Cala de San Pedro. Allí había más gente viviendo que en Las Negras. Los dos enclaves eran de pescadores pero en Las Negras no había casi nadie. En San Pedro vivían más familias de la pesca y de lo que cultivaban en los pequeños huertos que allí había, regados por su manantial de agua dulce que todavía hoy subsiste. Cuando se produjo el desastre de los naufragios las viudas de los pescadores se trasladaron a Las Negras. Todas iban de negro y pañuelos negros. La gente que pasaba en barco, y los pocos que iban allí desde el interior, veían mujeres de negro y empezaron a llamar al lugar la zona de “Las Negras”, por esas viudas que allí se veían vestidas de esa manera”

Aunque no hemos encontrado registro escrito, la historia de Julián parece mas veraz ya que en San Pedro tenemos uno de los puntos de agua dulce que facilitaría el asentamiento de la población. Aprovecho para recomendar la asociación el Eco del Parque que desde hace muchos años realiza una divulgación y defensa de los valores del Parque, recomiendo echarle un vistazo a su revista. Gracias Julian.

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