Esta ruta la hacemos tanto con viento de levante como poniente, siempre que no sea muy fuerte. Comenzamos en La Isleta, barrio de pescadores que aún mantiene vivas artes de pesca milenarias, como la moruna. Navegando en dirección a San José, vemos primero el castillo de San Felipe, construido sobre antiguas playas arrecifales que han dado lugar a una roca calcárea y suave a la que la erosión del viento le da caprichosas y mágicas formas.
Pasamos por la playa del embarcadero y la punta del cohete, desde donde se lanzó en los años 60 el primer cohete español. La zona estaba tan despoblada que apenas había peligro de que nadie resultara herido. Vamos recorriendo los acantilados de los Escullos, nombre que le viente por los numerosos “escollos” que a flor de agua hacían peligrosa la navegación para los que no las conocieran a fondo.
Encontramos en el recorrido numerosas y recónditas calas, como Cala Tomate, a refugio de los vientos, donde tendremos la oportunidad de darnos un chapuzón para contemplar sus espectaculares fondos marinos. Tras la montaña se ocultan las canteras de Bentonita, una ceniza volcánica de textura interesante para numerosos usos industriales. Esta arcilla se extrae aún de esta zona. Terminamos nuestro recorrido en Cala Higuera y San José, antigua población de pescadores a la que los nuevos tiempos han transformado en el lugar turístico de referencia del Parque.
